lunes, 17 de febrero de 2020

Pienso en ella

Pienso en ella y me aterra.

Me aterra la idea, porque nadie está haciendo NADA y nos están matando.

Me da muchísimo miedo pensar que el día de mañana llamarán diciendo que mi niña o mi hermana no aparecen, porque una persona sin corazón decidió que tenía derecho a arrebatárnoslas, a llevárselas lejos.

Que el día de mañana yo misma no esté más, y mi madre me busque y me llore y yo aparezca en un baldío, un barranco, una alcantarilla o una bolsa de basura. O peor, que jamás aparezca y ella viva esperanzada en que volverá a verme. Y no.

Miedo a que me destrocen la vida y yo siga respirando. Que me maten pero siga aquí. Solo porque alguien decidió que mi forma de vestir, de caminar, de sonreír o que andar sola o simplemente respirar, les da derecho a tocarme, faltarme al respeto, usarme.

Que de pronto digan que mi ex compañera, o mi vecina o mi compañera de trabajo o mi mejor amiga o mi madre o mi tía o mi prima salieron de casa y no volvieron.

Porque todas estamos expuestas, porque nadie se salva. Ni siquiera una niña de siete años.

Pienso en ella y me aterra. 

Temo por otras como ella, por las mías, por las que no conozco, por todas. Temo por mi.

Vivir con miedo, eso no es vida. Y nadie debería pasar por algo así. Pero pasa, está pasando y ya estoy harta, y aterrada y con miedo. 

Y pienso en ella.